sábado, 8 de septiembre de 2007

Increible, pero cierto...

Hoy ojeando la prensa me encuentro con dos noticias que han provocado en mí dos sentimientos totalmente opuestos.

Una de ellas decía que una anciana peruana de 103 años aprende a leer y escribir para enviarle cartas a sus hijos.
Realmente me sorprende satisfactoriamente que una anciana que supera, con creces, la esperanza de vida media siga teniendo metas y un gran afán de superación proponiéndose una labor tan noble con la finalidad básica de comunicarse con sus hijos y arrastrada por la fuerza del cariño ha superado sus dificultades de aprendizaje, debido a la edad, y ha dejado de pertenecer a ese 34% de personas analfabetas que aún, en el siglo XXI, sigue existiendo en Perú, probablemente por las condiciones sociales, económicas y políticas a las que están sometidos, aunque ese es otro tema.
Chapó pour la madamme


La otra noticia cuenta que encuentran 23 agujas en el cuerpo de una joven china, las cuales, fueron insertadas por sus abuelos por haber nacido niña. Las agujas han llegado a afectar a órganos vitales, destacando una que tiene alojada en el cerebro la cual se ha fragmentado en tres partes. Todo ello lo duscubrieron en una revisión ordinaria cuando la chica fue a hacerse una radiografía. Lo curioso es que la joven nunca había sentido la más mínima molestia. Afortunadamente, en breve, les serán retiradas siete de ellas gracias al trabajo de 23 médicos.

Pero en qué mundo vivimos, Dios mío, esto me supera.
Por todos es conocido que en China las niñas no son "bienvenidas" (por decirlo sutilmente), pero no puedo creer que a un bebé al que se espera con tanta ilusión y amor se le maltrate de esta manera por no ser del sexo masculino.
Me quedo sin palabras, solo siento frustración ante este atentado contra la vida humana.

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