viernes, 26 de septiembre de 2008

Qué corta es la vida cuando le haces un repaso efímero que no será notorio, nada más en tu memoria.
Qué corto el tiempo para disfrutar de lo maravilloso que nos trae el viento de la aventura de las horas, de la incertidumbre del silencio.
Qué bonito pensar que no existe el mañana que debemos exprimir el momento y sacarle el máximo partido.
Por qué no actuamos de acuerdo a este pensamiento, me pregunto.
Por qué no actúo así, si se que mañana, de no hacerlo, me arrepentiré.
Si sé que aunque quiera escuchar otra voz, ver otras praderas y conocer otros mundos no lo hago.
Si sé que puede más el miedo a lo desconocido que el aprovechar el momento.
Si sé que aunque esté contigo hay cosas que no viviré y que no sentiré jamás.
Pero no me arrepiento.
Por qué, no lo se, pero eso me basta.

martes, 19 de agosto de 2008

Creo que no es necesario mirar atrás. Creo que intentar seguir es lo mejor.
Quizás los pasos no fueron los adecuados: sigilosos y dubitativos.
Hoy quieren reiniciar su camino: fuertes y decisivos, sin miedo, sin tregua.
Eso es lo que quiero, no tener tregua, seguir luchando y viviendo lo que quiero y cuando quiero, éso es.
Así es y así será.

viernes, 4 de julio de 2008

de vacaciones...

Hace tiempo que no actualizo mi blog. Entre los últimos preparativos de final de curso y la euforia vacacional no he tenido ningún ratillo libre para este menester.

Ahora, que ya terminó mi trabajo puedo hacer balance del año escolar 2007/08.
El año se presentó entre incertidumbre, ya que al ser el primer año que me presento a la oposición y que soy interina vivía pendiente del ordenador desde las 9 hasta las 15h, esperando que esas listas avanzasen y que alguien informase en los foros de manera, siempre extra oficial. Así pasé tres meses y al fin, en noviembre me llamaron para cubrir una baja, y entre, incertidumbre, ilusión y nerviosísmo comencé mi andanza laboral.
Iban pasando los meses y no dejé de trabajar hasta el final de curso.
Me recorrí varias ciudades y pueblos de la geografía extremeña: Plasencia, Villanueva de la Serena, Mérida y Casas del Monte.
Y haciendo un balance general, estoy muy contenta y orgullosa de mi andadura. No se si los niños se acordarán de mí o sis mis compañeros recordarán mi cara cuando nos encontremos por azares de la vida, pero lo que se es que he conocido a mucha gente que me ha enriquecido, ayudado y proporcionado una experiencia muy enriquecedora, ya que la base de mi trabajo se basa, entre otras cosas, exactamente en eso: la experiencia.
Me acordaré siempre de las caras de los niños cuando explicaba algo que no entendían o cuando se ilusionaban y sonreían cuando hacíamos un juego. Como he dicho, no se si ellos me recordarán, solo se que hace muchos años, cuando yo era la alumna, tuve una maestra interina que me aportó mucho, no solo en conocimientos, sino en valores, y hoy, con 25 años, aún me acuerdo de su nombre.

miércoles, 4 de junio de 2008

¿Qué es el amor? No lo sé.
Un suspiro de un ángel, una mirada o una vida.
No lo sé.
Quizás te acomodas a lo que tienes y, ese suspiro, esa mirada, ya no la sientes igual.
Es un ciclo. Un ciclo cerrado.

Dicen que el amor verdadero dura para siempre. No lo creo.
Aunque un día te levantas, observas a tu alrededor y vuelves a sentir ese suspiro, esa mirada clavada que hace que te recorran mil mariposas el estómago, que hace que sientas más fuerte la sístole que la diástole, que te quedes quieta pensando en... nada.

martes, 3 de junio de 2008

Porque para ser más feliz hay que pensar en las pequeñas cosas.

Me gusta el azul. No se por qué, pero me gusta.
Me da armonía.
Me gusta en todos su tonos: celeste, añil, marino, rotulador...
Siempre me han dicho que el azul es de chico, pero nunca lo creí. Por qué no puede gustarle a una niña, por qué un niño no puede elegir cuál es su color favorito sin prejuicios.
Si me compro una camiseta, que sea azul; si me compro un boli, que sea azul; si me compro una casa, que sea azul... Si miro al cielo, que sea azul.

Simplemente porque sí. Me gusta.

domingo, 1 de junio de 2008

Semana musical...

Esta semana, para mí, ha sido muy musical.
Para empezar, he estado inquieta y expectante por el concierto de El canto del loco que daban el viernes en Cáceres con motivo de las Ferias de San Fernando. Cuando llegó el día me desilusioné un poco a causa del tiempo, pero gracias a Dios y a las nubes, parece que dejó que pudiésemos disfrutar del espectáculo.
El concierto empezó puntual e impactante, con un gran juego de luces con cuenta atrás incluida y... allí estaban. Fue genial. Dani es un crak total, con un punto chulo que atrae la atención del que lo mira. Nos ofrecieron todas las canciones que esperamos, aunque eché de menos algunas míticas del grupo.
En definitiva, espectacular.

Para terminar la semana, me encuentro por la red el videoclip de El desván del duende de su tema A volar. Una grata sorpresa que me ha confirmado que este grupo es uno de los mejores exponentes extremeños del panorama musical que tenemos en la actualidad.
Con este vídeo han transmitido el buen rollo que ponen en cada una de las canciones y en los escenarios, la marchita que contagian y la buena gente que son.
Así que solo me queda darles la enhorabuena y desearles todo lo mejor porque así, los que les seguimos, podremos continuar disfrutando de su música y su buen hacer.

viernes, 9 de mayo de 2008

Hoy tengo una duda...

Durante mi corta e inexperta experiencia docente me asolan miles, no, millones de dudas al día. Pensar cuál es la técnica de aprendizaje más convenientes para mi aula en general, y cuál habría utilizado para un alumno en particular; pensar si hice bien en mandarles leer Patero y tú (adaptado para niños) o si debí hacer que leyesen también el Cid (idem); creer que han aprendido a calcular las áreas de los polígonos y pensar que el concepto de superficie es abstracto,etc., y así podría estar divagando durante horas.

Pero si hay una cosa que tengo clara es que no quiero ser la maestra autoritaria ni la pedante que pasa de todo, sino que quiero llegar al consenso con mis alumnos dándole así libertad de expresión y, al mismo tiempo, dejar que desarrollen su personalidad individual en el aula, sin que esto signifique anarquía ni descontrol. Por ello, hace unos días un alumno me pidió que realizásemos un ejercicio de valoración de la convivencia. Este no es otro que el famoso panel de Fama, porque este programa ha dejado traumatizados, incluso, a los más adultos, y les ha aportado unos patrones de actuación y de personalidad que no son los adecuados, influyendo así en su vida hasta tal punto de pedirme encarecidamente la realización de esta actividad que consiste, básicamente, en poner un punto positivo al compañero que más nos ha ayudado durante la semana y un punto negativo al que no nos ha respetado o nos ha molestado, e resultado es la aplicación de una recompensa al mejor de la semana y de una penitencia al peor.

Sin más dilación diré que en un principio no me gustó nada en absoluto la idea pero que después de pensarlo y, teniendo en cuenta, que la idea venía de un alumno que carece de la suficiente autoestima en el aula, creí que decir que sí sería una forma de reforzar positivamente al chico y que no vendría mal que algunos de los compañeros que peor comportamiento tienen viesen que su actitud no agrada a los demás alumnos.
Bueno, pues hoy a última hora, después de replanteármelo varias veces, decido hacer el famoso ejercicio. En un principio todo iba bien, bueno, ignorando los comentarios infantiles de: "sí, le has puesto un punto positivo porque te gusta", cosa que ya me esperaba de antemano. Todo cambia cuando gran parte de los puntos negativos se centra en los alumnos que tienen problemas de comportamiento en el aula, cosa que tampoco me sorprende, y no debería sorprenderles a ellos porque contínuamente estoy llamándoles la atención en este aspecto y más de una vez han estado castigados por ello.
Uno de ellos, el del efecto Urkel (actúa pero no se hace responsable de los hechos y recurre a la molesta coletilla de "yo no he sido") ve que es el que más puntos negativos tiene, aunque también le dan uno positivo, y, veo como la cara le cambia por momentos. La evaluación termina y acaba ganando él a negativos, veo que su cara se queda mustia y los ojitos le brillan. Insisto en que esta actividad nos sirve para comprobar que hay cosas que aunque a nosotros nos parezcan divertidas a otra persona puede molestarle, aún así no cambia la actitud y ya veo su enfado. Resalto que también le han dado un punto positivo y que hay que quedarse con las cosas buenas porque lo "malo" podemos cambiarlo, pero aún así sigue disgustado.
Finalmente decido llamarlo y le explico que su penitencia consistirá en cambiar su actitud intentando que la próxima semana todos los compañeros noten ese cambio, pero hace oidos sordos y sale por la puerta enfadado y triste. Tras varios segundos, entra una alumna y me cuenta que está llorando, salgo por él pero se va corriendo sin hacerme caso.

Ahora bien, mi duda es: ¿he hecho bien realizando esta actividad?
En un principio creí que podría hacer que los que se portan mal recapacitasen y mejorasen su actitud para con los demás, pero, ha resultado todo lo contrario, los alumnos que peor comprotamiento tenían cada vez que sus compañeros decían algo desfavorable de ellos se reían y, el alumno, que estaba mejorando su comportamiento, al menos en el aula, ha salido llorando por la crítica de sus compañeros. ¿Realmente he conseguido que se replanteen su actitud y que sean autocríticos con el fin de mejorar en el respeto? o, tal vez, ¿he errado y conseguido que un alumno se sienta, quizá, infravalorado hasta el punto de empeorar su conducta en el aula y disminuir su autoestima?