Esta noche a las 24h comienza oficialmente el otoño. Época de imprecisión meteorológica que en Extremadura la conocemos como el principio del invierno, ya que, desgraciadamente, aquí no conocemos las medias tintas en esto del tiempo meteorológico.
Yo, personalmente, lo identifico como la época de la indecisión porque, al menos en mi pueblo, los fines de semana de esta época del año se destacan por la frase: ¿qué hacemos salimos o nos quedamos en casa? Pero yo me niego completamente a quedarme más de un día en casa encerrada viendo películas que, en su mayoría, no sabemos ni como masticarlas, ya que la calidad del cine está deteriorándonse poco a poco.
Llegarán las tardes de fútbol, lo que no soporto, las tardes de pipas y de charlas con los amigos, es lo que más me gusta. Pero si hay algo por lo que me gusta que llegue el invierno es por los domingos de cañitas, las cuales, en su mayoría se convierten en tardes de copas, entre risas y agonías de otros porque al día siguiente tienen que trabajar.
Pero echaré de menos las tardes de paseo y de piscina, el empeño por ponerme morena y los tintitos en las terracitas, además de algunos días de playa. Pero a cambio tendremos los días de campo y comidas para celebrar, no sabemos muy bien qué, pero siempre hay que celebrar algo...
La verdad es que ahora que lo pienso también me gusta el otoño...y la primavera, y el invierno y el verano...y porque no hay más (risas).
jueves, 20 de septiembre de 2007
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