Indagando por la red sobre datos e informaciones curiosas sobre historia, averigüe algo que no sabía sobre la reproducción de estatuas de personajes famosos, entre ellas la que más llamó mi atención fue la siguiente:
Si la estatua de una persona a caballo tiene dos patas en el aire, la persona murió en combate, si el caballo tiene una de las patas frontales en el aire, la persona murió de heridas recibidas en combate, si el caballo tiene las cuatro patas en el suelo, la persona murió de causas naturales.
Un dato curioso que nos puede aportar información, no solamente sobre monumentos históricos, sino también sobre el personaje, todo ello, sin necesidad de ser un experto en historia.
Otro dato bastante interesante e inverosímil incumbe al famoso hundimiento del Titanic. En 1898, catorce años antes de que el Titanic zarpara, el marino estadounidense Morgan Robertson escribió una novela llamada Futilidad, sobre un lujoso barco que se hunde en su viaje inaugural al chocar contra un iceberg en el Atlántico. La nave, era la más grande del mundo, con un casco triple e imposible de hundir. Sus pasajeros eran la crema y nata de la aristocracia y además, no había suficientes botes salvavidas. El nombre de la embarcación era, créalo, El Titán.
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